viernes, 26 de diciembre de 2008

Tercera orilla: Lectura de Nicolás Melini y Ernesto Pérez Zúñiga

El frio y la lluvia no hicieron cesar la marea. Una vez más la pleamar de la palabra volvió a tocar tierra en la Casa de Canarias en Madrid, y se hizo realidad en el Ciclo Atlántica Poética, con la lectura del palmero Nicolás Melini y el andaluz Ernesto Pérez Zúñiga el pasado 17 de diciembre.

Al comienzo, como viene siendo costumbre, el poeta acompañante recordó a un escritor canario, en el caso de Ernesto Pérez, a Manuel Padorno, autor que también viviera muchos años en la capital española. Nicolás presentó a su amigo hablando sobre todo de lo que les unía, de la oportunidad de recitar juntos, ellos que no se prodigaban públicamente en exceso – no más de dos recitales al año -. Fue curioso descubrir su relación, que siempre se encuentra dentro de un marco de riña poética al modo de Góngora y Quevedo como un amigo intenta cada vez que los reune. A su vez Ernesto glosó sobre su primera impresión de la poesía de Nicolás hace algunos años, y sus continuas conversaciones en torno a la eterna pregunta de ¿Qué es Poesía?, la cual derivó en un pequeño resumen de sus argumentos, que se ampliaría en el posterior debate de la lectura.

Como dos realidades vistas desde dos lados de la moneda, Nicolás y Ernesto presentan dos poéticas no enfrentadas, pero en las cuales se descubren un mismo interés por determinados parámetros u objetivos literarios, pero dispares en su resolución. Para ambos el ritmo juega un trascendente papel: Para Ernesto éste se esquematiza en golpes de voz y repetición de sonidos o palabras que llevan a modo de latidos o solfeo durante toda la construcción literaria; en cambio, para Nicolás el ritmo es vital en un aspecto más narrativo, es la propia acción del poema la que marca el “tempo” al que ha de ser leído. Igualmente parten de tradiciones disímiles: Nicolás de una tradición poética más anglosajona, con gran importancia de la narración poética, de la ruptura de los esquemas clásicos; mientras que Ernesto bebe en sus inicios principalmente de la tradición española y andaluza.

Entre los poemas leídos destacaríamos de Nicolás “Nostalgia de un mar distinto” del libro “Adonde marchaba” que se abre con unos geniales versos “No saber si fue sólo/ Saltar y sumergirse./ Encaramarse desde el agua clara/ hasta la roca, saltar / y sumergirse/ Una roca en medio del mar limpio / de Marsella, encaramarse, vértigo / saltar y sumergirse.” Donde el mar toma una esencia de la vida cíclica, quizás de monotonía o hastío, pero también de resurgir, de liberación. En el caso de Ernesto un magnífico poema sobre La Casa de Campo en Madrid como paraíso de prostitución, y todas las realidades sexuales más dispares, perfectamente descrito en el poema “En parque de blancos, trata de negras” de su libro “Cuadernos del hábito oscuro” : “Nalgas negras/ tensas de apre- / tar el polvo /rasgan en los / troncos de los /encinares /…” y que finaliza con un genial juego sonoro “migas corren negras tantos granos trigo / negro corren granos con hormigas bajo / pasos solitarios corren doce euros / euros solitarios corren doce nalgas / rasgan negras contra las encinas muévete / contra las encinas contra las encinas muévete / muévete.”

Una gran oportunidad de escuchar a dos ejemplos relevantes de la poesía actual, que por supuesto supuso también la suerte de disertar sobre la poesía, de ampliar el conocimiento de sus opiniones, reflexiones y pensamientos, y la de compartir una velada con otros tantos artistas que se encontraban en la lectura, la cual se alargó a modo de vino, tapas y conversación hasta la madrugada.

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